Argumento
Después de la muerte de su padre, Verónica se encarga de cuidar a sus hermanos, ya que su madre trabaja muchas horas en un bar para mantener a la familia. Un día, durante un eclipse solar, la escuela de Verónica dedica la clase a hablar sobre el fenómeno, mencionando que algunas culturas antiguas realizaban sacrificios humanos e invocaban espíritus oscuros. Aprovechando este contexto, Verónica y dos amigas deciden realizar una sesión espiritista con una güija en el sótano de la escuela, para intentar contactar con los espíritus.

Durante la sesión, la tabla ouija comienza a responder rápidamente. En el momento del eclipse, la taza de la ouija se rompe y Verónica se corta un dedo, dejando caer sangre sobre el tablero. En ese instante, ella se desmaya y comienza a experimentar fenómenos extraños. Siente que no puede controlar su cuerpo, escucha ruidos extraños y aparecen marcas de garras y mordiscos en su piel. Sus amigas la empiezan a evitar y Verónica busca respuestas.
Descubre que, al invocar al espíritu, liberó una presencia oscura que ahora la posee y pone en peligro a sus hermanos. La Hermana Muerte, una monja ciega que vive en la escuela, le revela que el espíritu no ha sido despedido correctamente y que ahora debe rectificar su error para salvarse. Sin embargo, los intentos de Verónica por proteger a su familia fracasan. Cuando dibuja símbolos rúnicos para conjurar al espíritu, estos no surten efecto y una fuerza desconocida intenta estrangular a su hermana pequeña, Lucía.
La situación empeora cuando Verónica se da cuenta de que la línea entre la realidad y la pesadilla se borra. Durante una escena aparentemente normal con sus hermanos, estos comienzan a atacarla. En un momento de desesperación, descubre que la sangre que ha derramado tiene un significado profundo y encuentra marcas extrañas en los colchones de sus hermanos.
A medida que la posesión de Verónica se intensifica, ella trata de arreglar la situación con la ayuda de sus amigos, pero su desesperación la lleva a intentar una nueva sesión, esta vez con sus hermanos pequeños. El hermano más pequeño, Antoñito, comete un error al dibujar símbolos que invocan más espíritus en lugar de protegerlos. El espíritu arrastra a Antoñito y Verónica, al darse cuenta de que la entidad la ha poseído completamente, intenta poner fin a la situación. Sin embargo, el demonio lo impide, y Verónica se ve atrapada en un desesperado intento de liberarse. La película culmina con una escena impactante en la que la policía y los médicos encuentran a Verónica levitando, luchando contra algo invisible que la ahoga hasta su muerte.

